A partir de ahora

El 19 de marzo de 2013, Alfonso Diez García, autor de la columna "Personajes" en Código Diez, fue nombrado Cronista Municipal de Tlapacoyan, Veracruz, por el Cabildo de este municipio, a propuesta de la Presidente del mismo, licenciada Daissy Nayeli Jarillo Núñez.

Por este motivo, hemos preparado esta edición especial en la que presentamos el nuevo sitio, Crónicas de Tlapacoyan, que en esta ocasión cuenta con la primera de éstas, "Tlapacoyan, Cuevas y Rosa Luz"; además, una colaboración de Alberto Cuevas Novelo, para el semanario Revelación, que dirigía Alfonso Diez, acerca de su hermano a la que tituló "El otro rostro de José Luis Cuevas". José Lanzagorta Croche, por su parte, nos entrega un texto como homenaje "a su amigo Alfonso", al que titula "La labor del cronista". Alfonso Diez agradece esta deferencia de su amigo, Pepe, con "La síntesis de la historia". En "Personajes", Porqué escriben los novelistas, es sorprendente. En "Poesías inolvidables" recordemos ese bellísimo poema que se llama "El hombre y la mujer", y finalmente los invitamos a hacer un viaje por aire sobre los Estados Unidos.

Recordamos a diversos cronistas, como Salvador Novo, Luis González Obregón, Artemio del Valle Arispe, Armando Fuentes Aguirre (Catón) (Cronista de Saltillo). Decía éste que no hay cronista grande ni pequeño que dependa del tamaño del municipio para caer en alguna de tales categorías. Los ha habido pequeños, de ciudades grandes y grandes, de ciudades pequeñas. Asienta también que el cargo debe de ser honorífico y vitalicio, por varias razones: Recibir dinero por escribir "sus crónicas" puede hacerlo perder objetividad, o impulsar a "alguien" a darle consignas, que serían inaceptables. A menos que recibiera sus honorarios "sin condiciones", como ha sido el caso de otros. Claro, los gastos de investigación, que en ocasiones son excesivos, pueden ser retribuidos. El cronista debe, por lo tanto, tener una "mente abierta", plural, imparcial. No se trata de un reportero que va a dar alguna información, ni de un editorialista que debe consignar su opinión ante determinados sucesos o personalidades. Su deber es dejar por escrito la relación de aquellos sucesos históricos o actuales, construcciones emblemáticas, personajes inolvidables, que forman, o deben formar parte de la memoria histórica de su población. Sus herramientas son la investigación y su propia memoria. Todos aquellos maravillosos recuerdos que ha ido acumulando a lo largo de una vida que tendría que ser más larga que corta los debe consignar por escrito y entregarlos al municipio al que sirve como cronista. Por eso su cargo es vitalicio, porque no es válido que tras investigar para engranar rompecabezas a los que sólo les faltan algunas piezas, de repente se arrepienta con un: "Ya no sigo adelante". Tampoco es válido que por envidias o intereses políticos, que aquí nada tienen qué hacer, cualquiera le pida que renuncie, porque entonces, ese cúmulo de valiosa información se perdería. Tal amenaza, en consecuencia, jamás debe pender sobre su cabeza.

Para acceder a Código Diez y/o a Cónicas de Tlapacoyan, bastará, en adelante, teclear codigodiez.mx; de igual manera, se podrá acceder tecleando tlapacoyan.mx y/o alfonsodiez.mx. Más adelante, cada dominio quedará separado, conforme crezca el sitio de las Crónicas de Tlapacoyan, mismas que tendrán difusión en medios impresos, como lo haremos saber oportunamente.

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