Alfonso Diez García

Cronista de Tlapacoyan

alfonso@codigodiez.mx

Un libro inédito sobre Tlapacoyan

*La obra de toda una vida que pocos conocen

Acerca de Tlapacoyan, Veracruz, se han escrito pocos libros que tocan a fondo el tema, aunque sobre su historia hay referencias en muchos textos.

Pero existe un libro muy valioso que elaboró un personaje de esta misma población y que pocos conocen. Está incrustado, aunque suene raro, en las páginas de otro libro. Se trata del excelente trabajo de recopilación de fotografías antiguas, por una parte, y "más recientes", por otra, tomadas por el autor, que cubren la mayor parte del siglo XX y parte del XIX. Además de la recopilación mencionada, incluyó textos con pies de fotos en la gran mayoría de los centenares de documentos gráficos incluidos, dedicatorias y descripciones hechas por personajes famosos que han visitado Tlapacoyan. En este trabajo ha quedado documentada la historia gráfica del "Huracán", equipo de futbol de la población, así como de algunas de las reinas de belleza que cada año han sido elegidas como representantes de Tlapacoyan en ocasión de la feria anual que se celebra alrededor del 25 de julio para festejar al apóstol Santiago, santo patrono de la población.

Gobernadores de Veracruz, presidentes de la república, candidatos a diferentes puestos de elección popular y artistas como José Luis Cuevas, cuando hizo su visita a Tlapacoyan, además de vistas de la población y sus habitantes desde todos los ángulos posibles aparecen en la magnífica recopilación que realizó Jorge Benavides Méndez.

Pero, detengamos un poquito el paso para hacer una reseña más lineal acerca de este ejemplar único y de su autor.

Durante los últimos años de su vida, Jorge trabajó como taxista y la base de su vehículo era el sitio de taxis ubicado en la calle 5 de mayo, casi esquina con Héroes, frente a la Plaza de Armas de Tlapacoyan. El último automóvil que tuvo fue un Renault. Antes, había sido chofer de uno de los camiones de la familia de quien esto escribe. Se conocieron, por lo tanto, desde que éste era muy pequeño y se trataban como buenos amigos.

David Ramírez Lavoignet, elaboró tras una ardua investigación un magnífico libro que se titula "Tlapacoyan" y que fue publicado por la Universidad Veracruzana en el mes de noviembre de 1965 para celebrar el primer centenario de la "Batalla de Tlapacoyan", como homenaje a los héroes que defendieron la plaza de la invasión austriaca. Ramírez, recordado por éste y por otros trabajos de investigación en el estado de Veracruz, hizo una visita a Tlapacoyan el 22 de noviembre de 1984 y ese día autografió su libro a Jorge Benavides.

A partir de ese momento, Jorge cargaba con el libro como su joya más preciada y cada vez que algún acontecimiento importante tenía lugar en la localidad, o que algún personaje la visitaba, ahí estaba Jorge con su libro bajo el brazo para lograr la dedicatoria acompañada por un breve texto, además de las fotos correspondientes que fue añadiendo pegadas a los espacios en blanco que le dejaban las páginas de la obra de Lavoignet. Pero el libro creció de tal manera que tuvo que añadir muchas páginas más en blanco para pegar tanto sus fotografías como invitaciones a algún evento cívico o de otros diversos tipos.

Gracias a este libro podemos saber cómo fue cambiando el campo deportivo que se construyó al final de la calle Ferrer, en lo que era conocido como El Arenal; cómo se ha transformado el palacio municipal y de qué manera han cambiado las calles de la población.

Héroe de Tlapacoyan

Pero éste no es el único mérito de Jorge, en 1957 se incendió la gasolinera de la población, que estaba ubicada en la calle Héroes y Jorge fue uno de los que apagaron el incendio. Él mismo relató los hechos en un texto que aparece en el libro de Alba Marín, titulado "Tlapacoyan, historia de sus días":

Fue como a las ocho de la noche, la policía corría como loca por las calles gritándole a la gente que se saliera de la ciudad porque la gasolinera iba a estallar. Con arena y agua intentábamos sofocar el fuego, pero éste no cedía. Don Francisco Arámburo (dueño del cine) nos envió tres cajitas conteniendo cada una de ellas tras granadas de vidrio llenas de un líquido especial. Se me ocurrió echárselas a la pipa ardiendo; la primera me falló, la segunda casi cae dentro de la pipa. Algunos me gritaban: "Benavides, Benavides, como a diez centímetros y le atinas".

Arrojé la última esfera y cayó exactamente en la boca de la pipa; salió humo negro, como que se había apagado, pero volvió a incendiarse. Era una pipa de ocho mil litros y (había) tres más que estaban cerradas pero ya calientes y el agua no las enfriaba; pero, aparte, había un compartimiento o tanque subterráneo, ese era el peligro.

Yo nunca había visto un milagro y no me explico lo que después sucedió: la pipa tenía una manguera conectada al tanque subterráneo y al estarla vaciando fue cuando se originó el incendio. Ya la pipa se estaba apagando, pero esa manguera seguía quemándose. Entonces, el empleado de la gasolinera, Froilán Cano, "Canito", alcanzó a aventarse para cerrar la llave de paso de la manguera e impedir que estallara el depósito de unos quince mil litros. De la manguera sólo quedaron los alambres carbonizados. ¿Cómo fue posible que no estallara? Si eso hubiera sucedido, de Tlapacoyan sólo quedaría el recuerdo.

Jorge Benavides, Manuel Alarcón (no Calderón), Froilán Cano y Amador García fueron condecorados por las autoridades de Tlapacoyan y por el Club de Leones local, que los calificaron como héroes.

Además de esta narración, Benavides colaboró con otras dos para el libro de Alba Marín: "Los barrios de San Pedro y Santiago" y "Algunos acontecimientos históricos, deportivos y sociales de Tlapacoyan".

La pipa que se incendió era de Gabriel Ávila Camacho, concesionario entonces de PEMEX en la región. La gasolinera era de Gilberto Núñez Parada. El cine al que hace referencia Jorge, de Francisco Arámburo Moya, era el Cine ADA, que se localizaba en la esquina que forman las calles Hidalgo y San Francisco, donde en la actualidad se ubica la casa de Benito Arámburo Desoche y, en el piso superior, el Club Rotario; pero las esferas estaban en realidad guardadas en el Hotel Ada, que ya desapareció y los hechos sucedieron de día, no en la noche.

Años antes, cuando el presidente municipal era Cándido Navarro, Jorge se distinguía porque se ponía a barrer la parte del parque que está frente a la iglesia. Ayudaba a quien podía y el municipio le concedió un pequeño sueldo como justa retribución a sus actividades.

El libro que dejó permanece inédito y éste cronista se ocupará de que sea editado para que tenga un lugar junto a los otros que se han elaborado partiendo de investigaciones que giran en torno a Tlapacoyan, como el de Ramírez Lavoignet, ya mencionado; el de Alba Marín Marín, también comentado; el de Antonio García Cubas, "El libro de mis recuerdos"; y el del autor de estas líneas, "La vida secreta de Guadalupe Victoria". Lavoignet era de Misantla, nació el 18 de diciembre de 1916 y falleció en 1997; Alba Marín Marín es la Jefa de Redacción de este diario y nació en Piedra Pinta, Tlapacoyan; Antonio García Cubas nació en la Ciudad de México el 24 de julio de 1832 y murió en la misma el 9 de febrero de 1912. Jorge Benavides Méndez falleció hace pocos años en Tlapacoyan, donde también nació.

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