Personajes

Alfonso Diez

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La historia de Nocturna rosa, de Xavier Villaurrutia

Todas, o casi todas las versiones que se han publicado de este poema, lo titulan "Nocturno rosa", de manera equivocada; Villaurrutia lo llamó Nocturna rosa, en realidad, y con el descubrimiento de la edición original, de la cual sólo se imprimieron 11 ejemplares, se confirma esta afirmación.

La historia del hallazgo la documentó Oscar Cid de León, en el diario Reforma, como aquí se consigna:

Xavier Villaurrutia era un elitista, recuerda el investigador Anthony Stanton. No sólo sabía que el poeta no trabajaba para las masas, sino que era contrario a masificar el género. Alguna vez dijo, por ejemplo, que la poesía, sí, era un arte para todos, pero a condición de todos fueran unos cuantos.

Pero además era un exquisito, y exquisitez y élite se conjugaban cuando emprendía sus proyectos editoriales.

El binomio lo llevó al límite cuando en 1937 publicó una edición prácticamente desconocida de su poema Nocturna rosa, bellamente cuidada e ilustrada por su amigo Agustín Lazo. Sólo se tiraron 11 ejemplares. Once. “¿Se puede ser más elitista?”, se pregunta Stanton.

De aquel tiraje, hoy unas joyas, los investigadores sólo conocen la existencia de dos ejemplares, uno en poder de la Universidad Autónoma de Nuevo León

(UANL), dedicado por el propio autor a Alfonso Reyes, y otro que Stanton atesora y que le regaló el experto en Los Contemporáneos, grupo de Villaurrutia, Miguel Capistrán, un año antes de su muerte, en 2011; lo había adquirido en la librería Madero, en un descubrimiento que lo paralizó. Tiene una dedicatoria para “Tino”, quien no es más que Celestino Gorostiza.

La Dirección General de Publicaciones del Conaculta recupera este volumen, más bien una plaquette en tamaño oficio, para lanzar una edición facsimilar de aquella impresión surgida del taller de Ángel Chapero, a dos tintas, como el original, aunque esta vez forrada en tela roja y con epílogo de Stanton. Una edición de lujo.

La edición reproducida es una rareza, sostiene en entrevista Stanton, investigador de El Colegio de México: “Se habla de que fue una edición limitada, pero yo digo que es una edición casi inexistente”.

A Villaurrutia (1903-1950) le gustaban las ediciones cuidadas. Cuenta el investigador que el autor entendía al poema como un objeto con cierta autonomía. Es decir, que el texto no debía verterse sólo en una hoja y ya, sino devenir en un hecho plástico y lingüístico. De allí sus colaboraciones con Lazo, quien antes de la edición de Nocturna rosa le había también ilustrado su primer libro, Reflejos. Además, participaba en la selección tipográfica de sus libros.

Lazo ilustra la plaquette con una cabeza invertida cercenada. El rostro es atravesado por espinas de rosal.

De la edición de 11 ejemplares –casi privada, para los amigos– se sabe que dos fueron para Reyes y Celestino Gorostiza. Uno más debió ser para Lazo; otro para el hermano de Celestino, José Gorostiza, a quien Villaurrutia dedica el tiraje, y un quinto para su amigo Jorge Cuesta. Los seis restantes habrían aterrizado en manos de otros allegados, entre los cuales podrían encontrarse Gilberto Owen y Rodolfo Usigli. Pero Stanton no lo sabe, no hay modo de saberlo; especula.

Nocturna rosa, dice Stanton, es uno de los mejores poemas del autor, lo que acentúa el valor de la “joya” ahora reproducida. Habla, precisamente, de la rosa, de la flor, lo que es decir todo pero a la vez nada. La composición en realidad se adentra en un símbolo ya estereotipado para 1937, un cliché del amor y el deseo ya “marchito”, pero que Villaurrutia refresca al demostrar que aún podía escribirse una composición novedosa a partir de lo caduco.

“Yo también hablo de la rosa”, arranca el poema: “pero mi rosa no es la rosa fría / ni la de piel de niño / ni la rosa que gira / tan lentamente que su movimiento / es una misteriosa forma de la quietud. // No es la rosa sedienta / ni la sangrante llaga / ni la rosa coronada de espinas / ni la rosa de la resurrección”.

La edición facsimilar del poema se presentó el 11 de agosto en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Acompañaron a Stanton el editor, Julio Trujillo, y los poetas Antonio del Toro y Eduardo Lizalde.

Julio Trujillo, anunció que a la colección de facsimilares de la DGP se sumarán más títulos el próximo año, como "Viento entero", de Octavio Paz; "Los hombres del alba", de Efraín Huerta, y "Los errores", de José Revueltas, que publicarán dentro de los centenarios de sus nacimientos.

 

Una amistad...

La amistad que sostuvieron Xavier Villaurrutia y el pintor Agustín Lazo, quien le ilustró al primero algunos de sus libros, guarda, hasta cierto punto, un misterio.

Hay quien ha señalado una relación sentimental, pero lo cierto es que no ha podido comprobarse.

“Se dice que ambos acordaron que cuando uno de los dos muriera, el que quedara debía destruir la correspondencia entre los dos, y eso pudo suceder, porque esa correspondencia no existe”, señala el investigador Anthony Stanton: “Sí es posible que hayan tenido una relación sentimental, pero no se sabe. Se sabe sólo que eran cercanos, cómplices, indudablemente”.

Lo cierto es que tras la muerte de Villaurrutia, Lazo dejó de pintar y se esfumó de los círculos artísticos. Perdió interés por la vida.

 

Así lo dijo

Villaurrutia consideraba a los poemas como objetos con cierta autonomía. Es decir, que un poema no era algo que uno escribe y pone en un libro, sino en sí un objeto artístico, lingüístico y plástico. Su colaboración con los artistas siempre fue muy fuerte”.

Anthony Stanton

Investigador

 

En Poesías inolvidables, la poesía completa, éste es el enlace:

Nocturna rosa

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