* La muerte, temida como el más horrible de los males, no es, en realidad, nada, pues mientras nosotros somos, la muerte no es, y cuando ésta llega, nosotros no somos.

Epicuro de Samos, filósofo griego (341-270 A.C.).

La misma sentencia ha sido atribuida al político mexicano Diego Fernández de Cevallos, que la repite con frecuencia y al poeta español Antonio Machado, que la enunciaba, pero el verdadero autor es Epicuro de Samos.

 

* La muerte es el remedio de todos los males; pero no debemos echar mano de éste hasta última hora.

Molière (1622-1673) Comediógrafo francés.

 

* No le temo a la muerte, sólo que no me gustaría estar allí cuando suceda.

Woody Allen (1935-) Actor, director y escritor estadounidense.

 

* La muerte para los jóvenes es naufragio y para los viejos es llegar a puerto.

Baltasar Gracián (1601-1658) Escritor español.

 

* ¿Quién no sabe que en México seguimos al pie de la letra el precepto bíblico de alabar a los muertos? A los vivos los elogiamos cuando pueden darnos algo.

Amado Nervo (1870-1919) Poeta, novelista y ensayista mexicano.

 

* Cada instante de la vida es un paso hacia la muerte.

Pierre Corneille (1606-1684) Poeta y dramaturgo francés.

 

* La fuente de todas las miserias para el hombre no es la muerte, sino el miedo a la muerte.

Epicteto de Frigia (50-135) Filósofo grecolatino.

 

* Después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida.

Mario Benedetti (1920-2009) Escritor y poeta uruguayo.

 

* La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida.

Octavio Paz (1914-1998) Poeta y ensayista mexicano.

 

* No le temo a la muerte, más le temo a la vida.

Francisco “Charro” Avitia (1915-1995) Cantante de Chihuahua, México.

 

* Siempre son los demás los que se mueren.

Marcel Duchamp (1887-1968) Pintor francés

 

* Vivir se debe la vida de tal suerte que viva quede en la muerte.

Santa Teresa de Jesús (Santa Teresa de Ávila, Teresa de Cepeda y Ahumada (1515-1582) Religiosa, doctora de la Iglesia, escritora, fundadora de las “Carmelitas descalzas” (Orden de Nuestra señora del Monte Carmelo).

El escudo de los Zorrilla de San Martín contiene el mismo como lema familiar, transformado (en dos palabras):

* Velar se debe la vida de tal suerte que vida quede en la muerte.

Fue adoptado por Juan Zorrilla de San Martín del Pozo (1855-1931) Escritor, periodista, maestro y diplomático uruguayo.